Plot
Ridgewell no cambiaría por nada del mundo sus ropas harapientas por un traje de tres piezas he- cho a medida. ¡Fuera sastres, peluqueros y za- pateros! Va descalzo, luce una barba descuidada y largos cabellos blancos. De la civilización tan solo ha conservado su flema británica... y sus palos de golf, un arte que intenta en vano incul- car a los indios. Este explorador desencantado demuestra la misma habilidad con la cerbatana que manejando la lengua de los arumbayas que, en su boca, adquiere el delicioso acento de la jerga bruselense.